Soy Masavipa

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La idea de este sitio es compartir; mis reflexiones, ideas y opiniones sobre algunos temas de mi interés personal; con aquellos que compartan o no mi forma de pensar. Intento practicar a diario el Arte de la Paz o Aikido, y el Reiki, para vivir rodeado de luz y de amor. Considero que el miedo es el origen de todos los malos pensamientos y sentimientos del ser humano. He asumido, con dificultades en el camino, mi escencia de artista gráfico o visual. El amor y la pasión por el Arte me ayudaron a encontrar mi espíritu en este mundo. Dibujar fluye en mi con naturalidad, ya sea con lapiz y papel, o con palabras, o sea, escribir. Mi Ser encierra una mística indomable, que intento reutilizarla de la forma mas sana posible. Por eso, busco salir de los círculos viciosos para adentrarme en los otros mas virtuosos, reemplazando en el camino, el Karma por el Dharma. Lo poderoso del amor lo he descubierto de una manera dramática, pero finalmente, iluminadora. Gracias por ingresar a este recobeco del Universo, por leerme y compartir aquello que considero importante. Espero que su pasaje por este pueblo les sirva para, por lo menos, saber quienes evitarán ser. ¡Luz, Paz y Amor para todos!

jueves, 28 de octubre de 2010

Con-Censo y todo

Cuando uno entiende que la tristeza forma parte de la vida, para crecer y trascender los obstáculos, acepta que es uno de esos males necesarios para evolucionar.

La muerte de un hombre, de una mujer, la vida de una sociedad, de un país, el principio o el fin de una historia, de un pueblo, de una bandera, de una raza. Todo eso y más aún, todo eso es la humanidad. Si comprendemos eso, aceptamos que tú eres otro yo y que yo soy otro tú. Creo que todo esto sucede para y por algo, por ello es digno de reflexión y detenimiento. Vivo el presente y siento que esta muerte nos revela que tipo de humanidad debemos ser. Como argentinos tenemos el deber de asumir nuestra responsabilidad y concensuar de la mejor manera en esta democracia que nos merecemos. Pienso que esta muerte sucedió un día "Con-Censo" Nacional, es decir, nos encontró "Con-censuando" a todos los argentinos. Por lo tanto, si sabemos leer el mensaje, es claro que debemos estar atentos a que el concenso es necesario. Eso es parte de aceptar al otro y que el otro lo acepte a uno con respeto. Yo sé muy poco de política, de historia argentina, sé muy poco de debates estratégicos y de corrientes sociales. Pero si sé una cosa, que quiero lo mejor para mí y para quienes me rodean. Por eso, día a día, busco en mi interior la paz. Con paz interior, la exterior se asimila sin darnos cuenta, como el oxígeno que respiramos.
Creo que ese es el aprendizaje para todos, sin distinciones de ningún tipo. Saber aceptar las diferentes corrientes con respeto y siendo compasivos con el otro. Honremos cada rol, cada ser, cada acto, bueno o malo, porque todo es necesario para el universo. Si estamos atentos, toda muerte nos enseña una lección y, más allá de las inclinaciones políticas, religiosas o filosóficas, está la vida. Honro a Néstor Kirschner por haberse ido transmitiendo, enseñando, movilizando y hasta orientando. En un día que, quizás, nos ayude a evolucionar como una sola raza: la humana.

Creo que nuestro compromiso radica en asumir que todos tenemos el poder de conducirnos hacia un mejor destino. Nuestro pequeño granito de arena aporta una parte vital al universo político, económico, social y humano. Todos somos responsables de todo lo que ocurre a nuestro alrededor y hacerse cargo de eso es la parte difícil. Creo que los dobles mensajes, de los medios de comunicación, dejarán de tener tanto espacio, en la medida que nosotros ocupemos roles adultos, maduros, crecidos, sin tanto ego y sin revanchismos infantiles.

Dar lo mejor de nosotros con impecabilidad, de eso se trata, pero teniendo en cuenta las limitaciones naturales de nuestro ser. La verdad, entiendo poco de nuestro destino político, quizás por eso me sienta raro al ver que algunos se ponen tristes o se sienten consternados por la muerte de Don Néstor. Pero entiendo muy bien que si a raíz de esto hay gente dolida, movilizada, perturbada, angustiada, ansiosa, inquieta, reflexiva, etc., es que hay mucha gente "humana". Si hay tantos humanos que sienten, vibran, temen y se movilizan, significa que "la humanidad" está viva y vigente. Quizás la escencia que le dió origen al "Comun-ismo", "como uno mismo", se pueda aplicar hoy en día con un poco de concenso maduro.

Pero bueno, es mi opinión. Se las dejo para que la piensen y que cada uno saque sus conclusiones.

Luz, Paz y Amor.

miércoles, 24 de marzo de 2010

¿La técnica es la excusa?

Desde muy chico amé el arte, siempre me gustó dibujar, pintar, escribir y modelar en arcilla, plastilina o, inclusive, hasta bodoques de masa hechos con harina y agua. Uno comienza jugando y con el reiterado ejercicio comienza a comprender que hay algo más allá de dicha acción lúdica. Los niños, generalmente, descubren el arte de esa manera, es decir, jugando y pasando el rato divirtiéndose. En mi caso los juegos eran orientados hacia lo visual, pero habían otros que lo hacían hacia lo auditivo, físico o mental, por ejemplo. Según fuí creciendo, comprendí que realmente esas actividades significaban algo más que un entretenimiento.

Muchas veces, el mundo adulto; ya sean los padres, algún padrino, tío, hermano mayor, primo, maestro o maestra, etc; descubre la facilidad, talento o, simplemente, la gran concentración que le dedica el niño a determinados ejercicios. Gracias a esto, el infante comienza a ser estimulado, orientado y disciplinado para desarrollarse en el crecimiento afín. Ya sea, como dibujante, escritor, cantante, músico, deportista, matemático o cualquier actividad que sea de su agrado. Es decir, los adultos jugamos un rol muy importante en el crecimiento de un niño, debemos ser sinceros con nosotros mismos a la hora de conducirlo, transmitir todo lo bueno y lo malo que pueda encontrarse en el camino, enseñar que la disciplina hace al hábito y el hábito hace a la incorporación natural de cualquier acción. Pero en todo esto, para que el niño aprenda y adquiera verdaderamente el buen saber, es vital que primero incorpore los conocimientos básicos, es decir, lo escencial de dicho saber o lo que llamaremos “La técnica básica”. Pero antes de adentrarnos en ese concepto, es recomendable hablar básicamente de aquello que es básico y, así, entender que es exactamente la técnica básica.

Por ejemplo, la técnica básica está presente desde los primeros pasos de un infante, hasta cuando comenzamos a cepillarnos los dientes. Aquel adulto que tiene el sano hábito de cepillarse los dientes correctamente, puede sonreír alegremente por dos motivos: uno, porque tiene sus dientes sanos, y otro, porque esto le permite alimentarse sin problemas. Pero esto se logra gracias a la ardua labor de quienes tienen la tarea de enseñar y a la tenacidad de quien aprende. Un niño que desconoce los beneficios de tener dientes sanos, le costará muchísimo entender por que debe cepillarse los dientes. Es más, es muy probable que recién lo consiga de adulto, luego de haber sufrido algunas complicaciones dentales, si es que lo logra. Igualmente, por más que el niño comprenda que es sano lavarse los dientes, debe aprender el cómo hacerlo correctamente para que, realmente, esta acción sea sana y beneficiosa. El cómo, es la forma de realizarlo correctamente, la forma o el cómo son la técnica basica de esa acción o actividad. En la acción de lavarse los dientes, se podría decir que la técnica básica es: elegir el cepillo óptimo para nuestra dentadura, la dureza de sus cerdas, la manera de sujetarlo, la presión ejercida, los diferentes movimientos empleados sobre los dientes, la frecuencia diaria de esta práctica, el momento justo de hacerla y el motivo por el cual se realiza. Todo esto hace a que una simple acción como cepillarse los dientes, sea algo más que cepillarse los dientes. Es decir, es mantener los dientes sanos, parte del sistema digestivo sano, o sea, mantener el proceso de alimentación sano, ergo, mantenernos sanos en nuestra vida. Un adulto debería saber todo esto y ponerlo en práctica si es una buena salud aquello que quiere alcanzar. O sea, cepillarse los dientes tiene técnicas básicas y deben ser respetadas para que su utilización sea la verdaderamente sana.

Ahora, pensemos un momento si a estas técnicas básicas le podemos agregar algo más avanzado. ¿Qué sería algo avanzado a la hora de lavarse los dientes?, se me ocurren algunas cosas, pero entre ellas, me gustaría destacar un simple hecho: tomar consciencia. Cuando uno se lava los dientes, puede que suceda o no, algunos dejan correr el agua del grifo durante todo el tiempo del cepillado. Aquí, una técnica avanzada sería cerrar la canilla y sólo utilizarla al momento del enjuague. Aquí es donde una persona, que ya superó lo básico, puede cuidar el agua además de lavarse los dientes. Es decir, aplicar técnicas avanzadas y finalmente llegar a la escencia del todo: además de cuidar la salud de uno mismo, cuidar la salud del medio al que uno pertenece. Aunque, para llegar a esa instancia, primero fué necesario, si o si, dominar las técnicas básicas. Otros ejemplos, quizás más complejos porque requieren de nuevas técnicas básicas y más práctica, sería incorporar otros sistemas de limpieza como ser el hilo dental o enjuagues bucales. También, se puede complementar con otra práctica, por ejemplo, a la vez que uno se cepilla, mantener la posición del jinete y, así, entrenar las piernas para su fortalecimiento. Obviamente, esto sin descuidar lo básico de ambas actividades y tener en cuenta que esto ya es muy avanzado. En conclusión, es evidente que para ser mejores en algo y poder avanzar e incorporar nuevas prácticas, primero es necesario dominar las formas básicas o la técnica básica de aquello que queremos aprender. Con el tiempo de realizar una práctica disciplinada de una determinada forma, uno adquiere el hábito y esa acción se incorpora automáticamente. Por lo tanto, el cepillarse los dientes llega a ser parte de nosostros y llegado el caso hasta podríamos armonizarlo con otra actividad.

Ahora bien, yendo a la pregunta : ¿La técnica es la excusa?, es importante entender en que momentos es la excusa y en que momentos es la herramienta principal para ser mejores en algo.

Cuando era un niño, practiqué Judo durante cuatro años y fuí incorporando las técnicas básicas en cuanto a las caídas, los lances y las palancas para defenderse de alguna agresión física. Además de ello me enseñaron, como básico, que uno aprende estas técnias sólo para ser aplicadas en casos extremos de defensa propia o de mis seres queridos. Ese fué el mensaje que recibí de mi Sensei teniendo nueve años. Sabía que debía practicar y practicar los ejercicios básicos para mejorar técnicamente y, llegado el caso, ser efectivo en anular el ataque de mi agresor. Hasta ahí, opino, que está bien explicarle a un niño para que vaya comprendiendo lo básico. Pero a mi modo de ver, también, es bueno ir explicándole que más adelante, cuando llegue el momento, deberá aprender algo más importante: qué la técnica, además de ser la forma para ser mejor técnicamente que otro, es la forma para ser mejores que uno mismo y superarnos día a día.

En las artes marciales, mejorar técnicamente es vital para ser efectivo en el terreno de combate, lo cual, suena lógico. Ese único pensamiento, es válido sólo para los niños o para los principiantes, pero a sabiendas que todavía les queda una parte por aprender. Ya que, como habíamos visto, la técnica básica repetida incansables veces nos permite llegar a otras más avanzadas. Por eso, un pricipiante, antes de poder comprender el dicho: “la técnica es la excusa”, primero debería comprender el dicho: “La técnica es la forma por la cual, practicando hasta el cansancio, llegará a ser la excusa”. O sea, es fácil confundirse en esto, un principiante o un niño, está bien que sepan que las técnicas marciales son importantes, pero más importante es ser mejores personas, es decir; crecer mental, corporal y espiritualmente como individuos. Pero cuidado, esto tomado a la ligera sin haber alcanzado ese hábito, sin haber practicado lo necesario como para hacerlo carne, puede llevar al fracaso, a la confusión y lo que es peor: a no alcanzar el auténtico saber. A mi modo de ver, cuando uno es principiante o un niño, primero debe practicar la técnica básica sabiendo que esa es la forma para algún día ser mejores personas. Lo cual, significa que aún uno debe mejorar, significa que aún uno es un aprendíz de lo básico. Un artista marcial siempre es un aprendíz, pero el grado de aprendizaje se relaciona directamente al tiempo y asiduidad con que haya practicado. Alguien que recién comienza, puede buscar varias cosas, entre ellas, puede buscar la mejora como persona, en lo físico, mental o espiritual, o quizás, busca sanar alguna enfermedad de la índole que sea. Eso es correcto y muy positivo, pero ojo, se equivoca si piensa que eso es factible lograrlo con algunos meses de práctica o, dependiendo de la gravedad de su mal, con algunos pocos años. Hay artistas marciales que están toda la vida haciendo técnica básica para sanarse día a día. Igualmente, con el tiempo, adquieren conocimientos y pueden comenzar a practicar algunas cosas más avanzadas. En ese preciso instante; en el que se comienza a sanar mental, corporal y espiritualmente; es cuando uno se da cuenta del verdadero sentido de las palabras del maestro: “la técnica es una excusa”. Ya que, además de ser la forma explícita para mejorar técnicamente, para lograr el hábito, ahora nos representan una forma implícita, tácita, para ser mejores personas. Y esto sucede cuando uno comprende que un brazo cualquiera aprende a romperlo, sin embargo, es muy difícil resolver una situación extrema sin recurrir a la violencia.

Por todo esto, es importante situarnos que la “técnica es la excusa”, dependiendo si el practicante es avanzado o principiante. La técnica es la excusa en la medida que el principiante practique verdaderamente, siendo sincero con la técnica, mejorándola día a día y sin caer en la fácil tarea de decir: “como es la excusa, quito mi atención sobre ella”. O sea, el principiante podrá decir que es la excusa cuando haya aprendido a lavarse los dientes. Así es como la respuesta a la pregunta principal sería: depende, la técnica es la excusa siempre y cuando se haya logrado el hábito de utilizarla como la forma de mejorar día a día. Sin este razonamiento, todo se confunde y avanzar en la práctica, como en cualquier otro conocimiento, es imposible. Es por todo eso que a mi humilde modo de ver, por un lado, “La técnica es la excusa” y, por el otro, “es la forma para que sea la excusa algún día”.

Tengamos presente que el saber divino sólo se consigue iluminándonos desde nuestro interior y, sin aprender lo básico, el estado avanzado de conciencia es sólo una fantasía. Como grandes maestros lo dicen: “Sin saber caminar es muy difícil correr. Y pobres aquellos que sin saber mantenerse en pie, sobre la tierra, quieran volar”.

Alguien alguna vez me dijo: “Uno sana para practicar Aikido y no practica Aikido para sanar”. Esto quiere decir que, si bien el Aikido pueda sanar realmente, está en uno querer sanar para realmente practicar el Aikido como corresponde. Pacticar correctamente es ser sincero con la práctica, asistir a ella con total entrega, practicar con amor, de nuevo ir, practicar y siempre practicar pase lo que pase, dentro y fuera del tatami. Es fácil creerse la frase y muy fácil dejar de respetarla. Por eso, para aquellos que se apuren en descubrir que la técnica es verdaderamente una excusa, que están ansiosos por decirse que han sanado, que ya son mejores personas, primero, pregúntense si han estado practicando para sanarse o si se están sanando para practicar.

Espero que esto sirva para poner todo en duda, ya que, la reflexión es la raiz de la libertad. Aceptarse mutuamente es armonizar, y ello, creo que es Aikido. ¿Verdad?

Luz, Paz y Amor.