Soy Masavipa

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La idea de este sitio es compartir; mis reflexiones, ideas y opiniones sobre algunos temas de mi interés personal; con aquellos que compartan o no mi forma de pensar. Intento practicar a diario el Arte de la Paz o Aikido, y el Reiki, para vivir rodeado de luz y de amor. Considero que el miedo es el origen de todos los malos pensamientos y sentimientos del ser humano. He asumido, con dificultades en el camino, mi escencia de artista gráfico o visual. El amor y la pasión por el Arte me ayudaron a encontrar mi espíritu en este mundo. Dibujar fluye en mi con naturalidad, ya sea con lapiz y papel, o con palabras, o sea, escribir. Mi Ser encierra una mística indomable, que intento reutilizarla de la forma mas sana posible. Por eso, busco salir de los círculos viciosos para adentrarme en los otros mas virtuosos, reemplazando en el camino, el Karma por el Dharma. Lo poderoso del amor lo he descubierto de una manera dramática, pero finalmente, iluminadora. Gracias por ingresar a este recobeco del Universo, por leerme y compartir aquello que considero importante. Espero que su pasaje por este pueblo les sirva para, por lo menos, saber quienes evitarán ser. ¡Luz, Paz y Amor para todos!

miércoles, 30 de julio de 2008

Templarios y Samuráis


Analizando los valores e ideales que mantenían los Samurais y los Templarios o Caballeros de la Orden del Temple, encuentro grandes similitudes que alcanzan, pareciera, la magnitud de plagio. Es como si unos se hubieran copiado de otros, en cuanto a la manera de lograr ser gerreros casi invencibles y tan respetados como temidos, entiendo que lo hicieron por medio de la purificación de su mente, su cuerpo y su espíritu.
Ambos adoctrinamientos se basaban en el despojo total del Ego para alcanzar una unión grupal y entrega totales en el campo de batalla, lo que les permitía enfrentar a la misma muerte como una instancia mas de la vida, sin miedo ni dudas a la hora de entegar su cuerpo y alma a otro estado. La idea o pensamiento que los llevaba a poder lograrlo, si bien era diferente en su aspecto, era casi idéntica en su escencia. Los Samuráis confiaban y juraban lealtad absoluta a su amo hasta el punto de vivir cada segundo como el último de sus vidas, ya que, en todo momento estaban dispuestos a dar la vida por él y antes de cada batalla se preparaban como si fuera la última.
En tanto, los Templarios eran fieles a los legados de Jesús y tenían un vínculo tan fuerte como especial con la memoria de María, la madre de Jesús. Ellos, crearon una Orden donde se respetaban leyes internas llamadas Código Templario (Códex Templi) y básicamente giraban en torno a lo que Jesús quiso dejarle a la humaidad: amor, solidaridad, paz, respeto, honestidad, etc. Para lograrlo, se despojaban te toda pertenencia material, sólo llevaban lo necesario, lo permitido por la Orden que era lo básico para la guerra y eran solidarios con los necesitados. Esta capacidad por profesar todos el mismo voto de amor hacia Jesús y su madre, les permitió transitar un camino interno muy profundo donde alcanzaban niveles elevados de consciencia, hasta el punto de ser un todo, decididos a vivir juntos en la victoria y morir juntos en la derrota. Aunque la derrota fuese sabida anticipadamente, ellos iban igual decididos a morir del primero al último con honor, dignidad y orgullo por entregarse en gesto de amor hacia los valores de Jesús.
Es por eso que ambas clases eran Monjes y Guerreros al mismo tiempo, siendo conscientes de cada acción y pensamiento que llevaban a cabo. Esto les permitió alcanzar victorias que a nuestros ojos parecen imposibles. Y, si tenemos en cuenta su capacidad para unirse como un sólo ser poderoso, es mas fácil comprender por qué se los reconoce como los guerreros mas difíciles de vencer y quizás, los invencibles temidos en el campo de batalla.
Samurais y Templarios hicieron grandes progresos como victorias, dejaron su gran huella en la historia manteniendo un único espíritu de lucha, de entrega, de respeto, de honor y amor a una causa. Pero, lamentablemente, estos avances desde lo profundo de la escencia humana, fueron con fines bélicos donde corrió mucha sangre y miedo. Si tan sólo algunos de nosotros pudiéramos unirnos en un mismo y único pensamiento sólido tan escencial y verdadero como el de aquellos Monjes Guerreros, pero, en lugar de sembrar el miedo, sembrar el amor evitando esos fines belicosos, estaríamos logrando cambiar muchas de las cosas que nos perturban como sociedad y tanto daño le hacen a nuestra Tierra.
Nuevamente, muy amables en seguir leyendo y que esto los deje pensando tanto o mas que a mí. L, P y A!

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